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Hablar de dislipemias es hacer referencia a los desórdenes en la concentración de las fracciones de grasa que posee el plasma sanguíneo. Estas alteraciones pueden provocar graves efectos en el corazón, arterias y en el cerebro humano.
Si bien las grasas o lípidos son indispensables para la vida ya que constituyen una fuente de energía, sirven para la síntesis de hormonas, y protegen las vísceras. Hay dos grasas cuyos niveles conviene vigilar: el colesterol y los triglicéridos. Su exceso, fundamentalmente el del colesterol, es generalmente un factor de riesgo cardiovascular.
Los ácidos grasos saturados aumentan el LDL (colesterol malo) y reducen el HDL (colesterol bueno), mientras que el ácido oleico y el linoleico reducen todas las fracciones, incluyendo el HDL. Las grasas trans aumentan el LDL y los triglicéridos, y a la vez reducen el HDL, con lo cual se vuelven altamente aterogénicas. Se agregan a estos efectos su influencia positiva sobre la insulino-resistencia.
El estilo de vida adoptado por las personas es uno de los causantes que determinan la patología. Si estamos frente a una persona sedentaria, es muy probable que seamos testigos de un caso de dislipemia.
Las modificaciones en el estilo de vida, incluyendo hábitos alimentarios saludables y ejercicio físico, son los pilares para tratamiento de las dislipemias. No es una tarea sencilla pues, el paciente muchas veces no percibe la hipercolesterolemia como una enfermedad molesta o dolorosa ni como un peligro potencial.
La determinación del colesterol se determina con la extraccion de sangre, antes de los 35 años de edad en hombres y de los 45 años en mujeres. Si se detecta una tasa elevada, se deberá repetir la prueba a los 2 ó 3 meses. Luego de este período de tiempo, si la situación persiste, se recomienda un cálculo del riesgo cardiovascular así como también completar el estudio con una exploración cardiovascular básica, una analítica de sangre y orina con determinación de fracciones del colesterol LDL, HDL, triglicéridos, glucosa, creatinina, ácido úrico y transaminasas, además de un electrocardiograma.
Cuando no resulte posible controlar las cifras elevadas del colesterol y los triglicéridos es preciso asociar algún tratamiento farmacológico. Si el colesterol se encuentra por encima de 240mg/dl, las medidas iniciales seran higiénicas y dietéticas, y su objetivo reducir el LDL a menos de 160mg/dl. Si después de tres meses no se alcanza el objetivo entonces se planteará
el procedimiento farmacológico, que dependerá del nivel de riesgo y del perfil de cada persona en particular.
Para reducir el nivel de colesterol y prevenir futuras enfermedades cardiovasculares es aconsejable:
Practicar ejercicio físico de forma regular.
Tener diabetes significa que la glucosa o azúcar en su sangre está muy alta. La glucosa proviene de los alimentos que consumimos. La insulina es fabricada por un órgano llamado el páncreas. La misma ayuda a la glucosa a pasar de la sangre a las células, que a su vez la convierten en energía.
Cuando una persona tiene diabetes, su cuerpo tiene dificultad para producir la insulina o no la puede utilizar adecuadamente. Como resultado, la glucosa se acumula en su sangre y no puede entrar en las células. Si la glucosa en la sangre permanece muy alta, puede causar daño a su cuerpo.
– Orinar con frecuencia.
– Tener sed constante.
– Sentir demasiada hambre o cansancio.
– Perder peso sin intentarlo.
Sin embargo, mucha gente con diabetes no presenta ningún síntoma. La diabetes es una enfermedad muy seria que puede causar otras complicaciones graves. Cuando los altos niveles de glucosa en la sangre no están bajo control, pueden afectar poco a poco sus ojos, su corazón, sus riñones, sus nervios y sus pies.
Los tres tipos de diabetes más comunes son:
La mayoría de las personas que sufren de diabetes tipo 2 en un principio tuvieron pre diabetes, es decir, sus niveles de glucosa en la sangre eran más altos de lo normal, pero no tan elevados como para que fueran diagnosticados con diabetes. Las personas con pre diabetes tienen un riesgo mayor de sufrir no solo de diabetes, sino de un ataque al corazón o accidente cerebrovascular. Si usted o alguien de su familia tiene diabetes, lo más probable es que otros familiares sufran de pre diabetes y todavía no lo sepan.
La diabetes es una enfermedad crónica que se puede prevenir, controlar y hasta retrasar, si la persona realiza lo siguiente:
Para la diabetes tenemos que optar por comer menos grasa, elija menos alimentos con alto contenido de grasa y utilice menos grasa para cocinar. En particular, trate de limitar el consumo de alimentos que son altos en grasas saturadas y ácidos grasos trans.
¡Comer saludablemente y mantenerse físicamente activo, son las claves para tener los niveles bajos de glucosa en sangre!